miércoles, 29 de mayo de 2013

BARRIOS NÓMADAS EN VALLADOLID


Este fin de semana fue movidito de verdad. Por un lado, nuestro grupo de QUÉ HACER HOY CON LOS CLÁSICOS en LA INCUBADORA de Alcalá, y por otro, BARRIOS NÓMADAS en el TAC de Valladolid. Han sido dos días fantásticos en los que hemos convivido, hemos disfrutado de un fantástico festival de teatro y artes de calle y hemos hecho dos actuaciones más que recomendables. Existe la maquinaria perfecta, y esa es BARRIOS NÓMADAS, con todos sus integrantes, gente de edad, profesión y procedencia absolutamente distinta al del resto de sus compañeros. Gente del barrio de Lavapiés, nuestro barrio, que ha querido compartir con nosotros sus historias, su tiempo y su alegría.
Y funciona, no veáis cómo funciona!

viernes, 17 de mayo de 2013

¿PUNTO Y...?

Llevamos años en estado de sitio. En nuestro día a día. Acosados, rodeados por EREs que planean sobre nuestras cabezas, cánticos a la "movilidad exterior", despidos en diferido y un sinfín de declaraciones de nuestros políticos en donde la imprudencia y la incultura llegan hasta el desconocimiento de lo que realmente fue el "nazismo puro" (Cospedal sic). La realidad nos golpea por tantos lados que hacemos lo posible por refugiarnos, protegernos, encontrar lugares para resistir. La cultura siempre ha sido uno de esos lugares. Un entorno donde pensar, conocer, intercambiar y reafirmarnos en que sí, que a pesar de que intenten convencernos de los contrario, hay otras formas de hacer las cosas. Eso es lo que hemos estado haciendo en el Nuevo Teatro Fronterizo durante estos dos últimos años y medio. Resistir. Como acertadamente dice Juan Mayorga, el teatro es un espacio asambleario, de encuentro. El teatro convoca a la polis y dialoga con ella. Y es que el teatro es una herramienta fundamental a la hora de crear algo necesario para una sociedad democrática sana: crear ciudadanía. Durante nuestra corta vida el NTF se ha convertido en todo esto: un foro, un punto de encuentro en donde se ha trabajado en la creación de espacios para la resitencia cultural, en forma de talleres de creación e investigación. Pero también a través de numerosas actividades gratuítas con las que hemos acercado el teatro y otras manifestaciones culturales a la ciudadanía: lecturas, conferencias, clases, actividades con diferentes colectivos... Lo dicho: un espacio donde reunirnos y resistir como ciudadanos.

Ahora este proyecto está en grave peligro. No es algo que nos pille por sorpresa. Ya el propio José Sanchis Sinisterra dijo, al inicio de este camino, que era una locura intentar levantar este proyecto en un momento en el que la cultura es vista como un artículo de lujo, en vez de una pieza vital para la formación y realización del individuo. Y a pesar de todo ni él, ni los que le acompañamos en este viaje, nos hemos rendido. Sin subvenciones ni apoyos intitucionales de ningún tipo, hemos resistido y avanzado. Sumando gente e ideas a cada paso. Comprobando que realmente la ciudadanía aprecia, necesita y participa de nuestras inciativas. ¡Demonios, si hasta hemos ganado un Premio Max en solo dos años! Muy mal encaminados no debemos ir ¿no? Pero no es suficiente. Para seguir resistiendo necesitamos el apoyo de las personas. Porque allí donde fracasan las instituciones queda el poder del individuo, del ciudadano. Esa es nuestra esperanza. Lanzamos la campaña de captación de "cómplices", con el objetivo de lograr una red de apoyo ciudadano que nos permita seguir con este proyecto. No se trata de pedir dinero a cambio de nada (11 euros al mes). Nuestra propuesta de cuota mensual está pensada para recompensar el esfuerzo mediante una serie de contrapresataciones que podéis consultar en la web. Pero quizá la más importante de todas es que tendréis a vuestra disposición este espacio para refugiaros y resistir.

Y así están las cosas. Las cartas sobre la mesa. Poco más hay que decir. El NTF se encuentra al final de un renglón rematado con un punto. Del apoyo de la ciudadanía dependerá si es un punto y aparte o un punto y final.

Ojalá que nos sigáis ayudando a que lo posible ocurra.

QY Bazo



miércoles, 1 de mayo de 2013

ARCHIPIÉLAGO DRON: Sobre el proceso de trabajo




Es un lugar común hablar de eso de la "soledad del escritor". En nuestro caso, nunca hemos estado muy solos, al menos, al leer los textos, nos dábamos las réplicas el uno al otro. También es común la sensación de que, en algún momento, esos personajes que tienes en la cabeza empiezan a hablar y a comportarse de manera concreta, según las reglas que comienzan a dominar un universo hasta entonces brumoso. Lo que no es común, es tener la posibilidad de que ese universo cobre vida y se conforme durante el propio proceso de escritura. Lo más normal es que el autor escriba el texto (su hipótesis) y cruce los dedos para que, durante el proceso de puesta en escena, ésta se sostenga por sí misma y, si no es el caso, intervenir para corregir los fallos que allí se descubren. 

Ya durante nuestra experiencia en el laboratorio En Blanco, organizado por ETC Cuarta Pared, tuvimos la suerte de probar cómo funciona el proceso cuando le "das la vuelta a la tortilla". Durante los tres meses que duró el laboratorio de escritura dramática, pudimos compartir las propuestas y dudas con el resto de dramaturgos y directores participantes, además de contar con los consejos y aportaciones de nuestros tutores (Borja Ortíz de Gondra y Javier Yagüe), quienes supervisaban el proceso. Pero lo más importante es que tuvimos la oportunidad de encararnos con nuestros personajes... en carne y hueso. Con la obra todavía en construcción tuvimos la ventaja de "probar" la historia trabajando mano a mano con los actores: nosotros decíamos de qué iba la escena, qué buscábamos, qué queríamos contar, y los actores construían la escena a partir de improvisaciones. El resultado fue un proceso de creación y experimentación colectiva que enriqueció la obra enormemente.

Este proceso es el que precisamente estamos replicando en Archipiélago Dron. Aprovechamos además el propio espíritu del Colaboratorio y sus mecánicas de creación e investigación por parte de los actores para enriquecer esta dinámica de trabajo colectivo. En una primera fase del proyecto, los dramaturgos presentemos a los actores del Colaboratorio la propuesta temática. De ahí surgió un trabajo de reflexión colectivo en el que todos opinamos sobre las diferentes escenas, se propusieron algunas nuevas, se cuestionaron otras ,se replantearon enfoques... De manera que entre todos se conformó el primer abanico de islas con el que nutrir el archipiélago argumental de la obra. 

Una vez realizado ese paso, los dramaturgos elaboramos una primera propuesta de protocolo "Archipiélago" en donde se sentaban las bases de las posibles islas-escena y sus posibles factores de progresividad (de ahí surgieron nuestro piloto, reportera, los científicos, el jugón...). Lo siguiente fue vital para el proceso: los actores y actrices del Colaboratorio confrontaron ese material dándole vida. A partir de las consignas formuladas en el protocolo, se hicieron varios ejercicios de improvisación en donde ellos empezaron a crear la "partitura" de la obra: explorando cómo se combinaban las islas entre sí, los ritmos, detectando problemas de progresividad y, lo más importante, aportando cosas que los dramaturgos no habíamos contemplado. Así fue como Delfín descrubrió el posible despertar ético del piloto; Raquel la relación asimétrica de enfrentamiento de su personaje (la reportera) con su editor; el poder del silencio con que Carmen dotaba a su personaje de esa idea (tan Mayorga) de que la violencia arrebata la voz a las víctimas dejando solo el silencio por respuesta;  o el descubrimiento de Eva del uso de las preguntas a la política en la rueda de prensa como factor de cohesión entre islas.

El caso es que, gracias a ese trabajo conjunto, el material que llevamos a las sesiones del Colaboratorio dio un giro de 180 grados y que nos hizo replantear la escritura.

Y ahora estamos en esta nueva fase. Tras un período de escritura, los dramaturgos hemos vuelto a la sala para presentar el nuevo material y confrontarlo con los compañeros del Colaboratorio. Va a ser largo. Hay mucho material por delante. Pero va a ser un paso decisivo para seguir construyendo la obra. No sabemos qué saldrá de este nuevo encuentro, pero seguro que será enriquecedor.

QY Bazo